«No me quiero mandar, pues perderé su amistad»

Un tema recurrente en las conversaciones de amigos es cuándo declarar los sentimientos a esa persona especial. Más aún, las discusiones giran elementalmente en la típica frase «No me quiero mandar, pues perderé su amistad».

Cuando me lo preguntan, siempre comparto que decir eso es lo peor que puede hacer uno como amante. La gente dice que la amistad es más fuerte que el amor, por lo que muchos enamoradizos prefieren guardar ese sentimiento por ser pareja para evitar un futuro rompimiento. Sin embargo, si la verdadera amistad dice ser más resistente que el amor, esta debería vencer luego de la declaración del amante. Claro, porque si realmente fuesen verdaderos amigos, confesar el amor y ser pareja no debería acabar con la amistad, pues es una extensión de esta última.

¿Qué se pierde si es que rebotas en la confesión? Algunos dicen que se pierde todo, pues la pareja no se verá con los mismos ojos, pero eso mucho depende de la madurez de cada uno porque se pueden sobrellevar las cosas en nombre de la amistad y en honor al tiempo que han compartido.

Ahora que lo pienso mejor, decir que la amistad está por encima de todo menos de la confesión de amor sincera es algo hipócrita. Si lo sientes, pues dilo y se acabó. En ese momento pondrás a prueba la amistad que los une y reconocerás si realmente solo eran conocidos o amigos en su más amplio significado.